Para profundizar  los conocimientos sobre la normalización del machismo en redes sociales, se debe considerar los actores involucrados en la problemática. Entonces, podemos determinar tres actores principales: los causantes, los perjudicados y los llamados a solucionar. En primer lugar, los causantes vendrán a ser los agresores, individuos que atacan física o psicológicamente a otra persona. En el caso de las redes sociales, existen cuatro tipos de agresores: El agresor anónimo es el usuario que oculta su identidad, a diferencia del identificado, pues este agrede utilizando su verdadera información.  Asimismo, existe el atacante que prefiere utilizar la identidad de otra persona. Estos agreden directamente a la víctima. Sin embargo, el cuarto tipo, llamado persona masa, va indirectamente, ya sea comentando o compartiendo fotos, y su principal característica es el trabajo en grupo. En segundo lugar, se encuentran los perjudicados o víctimas. Entre los principales se encuentran los usuarios de las mismas redes, que la gran mayoría son adolescentes y adultos jóvenes. Los hombres, por un lado son víctimas de estereotipos. Dicho de otro modo, se les impone ideas, que por el hecho de ser varones, deben ser ciertas. Por ejemplo afirmar que no pueden ser empáticos, ni mucho menos mostrar sus sentimientos. Las mujeres, por otro lado, llegan a ser las más atacadas, sexualizando su cuerpo, criticando la forma en la que viste, minimizando, afirmando ideas erróneas solo por ser mujeres. En tercer y último lugar, los llamados a solucionar:  instituciones peruanas como el Ministerio de la Mujer, el Centro de Emergencia Mujer (CEM), ONG Mujer Peruana y el Centro de la Mujer Peruana Flora Tristán, se encargan de velar por la seguridad femenina en todos los ámbitos del Perú. También, están los movimientos nacionales como #NiUnaMenos, Movimiento Feminista Peruano y Paremos el Acoso Callejero. Y los internacionales como #MeToo, Revolución Feminista, #MasMujeres (España), #MiraComoNosPonemos (Argentina) y #Cuentalo. Todas con el mismo objetivo, parar con la agresión solo por el hecho de ser mujer.